No soy experta en nutrición. Y como acabo –prácticamente– de ser diagnosticada con candidiasis, puedo decir que tampoco lo soy en este campo. En lo que me he convertido en estos dos escasos meses es en una experta en navegación (por Internet, claro está) en los temas relacionados con esa afección. Algo llamó mi atención en los días posteriores a mi diagnóstico, y es el número de páginas en las que se sostiene que las enfermedades son de carácter ácido y que es necesario alcalinizar el cuerpo para prevenirlas y curarlas. Hay incluso dietas alcalinas y listados de alimentos que agrupan vegetales, frutas y proteínas de acuerdo al pH. Todo esto chocaba estrepitosamente con las palabras de mi homeópata, que cito textual: «Toma vitamina C, porque hay que acidificar el medio».
Pues bien, saturada de información «alcalina» decidí hacer mi propio experimento sin consultar al especialista (asumo las consecuencias) y darle unos días a mi cuerpo para des-acidificarse. Para ello, hice lo que todos los blogs y páginas indicaban: Ingerir bicarbonato de sodio y limón, en ayuna. Lo que sucedió a continuación, fue un pequeño revés y la reaparición de síntomas que ya había dado por superados, como el picor en el cuero cabelludo y otras partes del cuerpo.
Mi reacción iba en contra de todo lo que pudiera haber esperado. Es posible que para muchos esto sea la solución, pero no lo fue para mí. Mi particular recomendación: Hazle caso al doctor y no inventes. Y si te dice: «Hay que acidificar el medio», pues pon en práctica sus indicaciones. Después de que dejé de hacer las tomas de limón y bicarbonato, todo ha vuelto a tomar su curso. Dado que mi especialista está lejos, hallé buena información que me explicaba qué fue lo que ocurrió.
En esta página exponen magistralmente por qué es necesario acidificar las condiciones estomacales para matar la cándida: «La lectura típica del pH corporal debería ser 7.4 (ligeramente alcalino), pero hay muy buenas razones por las cuales en realidad necesitas hacer tu estómago más ácido para matar la levadura de la cándida. ¿Cómo es que esto tiene sentido? Bien, lo que una parte de tu cuerpo necesita puede ser completamente distinto a lo que otras partes requieren. Esto es observable en los niveles de pH –tu sangre necesita ser ligeramente alcalina, mientras que tu sistema digestivo necesita un estómago ácido para funcionar correctamente». Más adelante afirman: «El sobrecrecimiento de la cándida reposa en el incremento de alcalinidad (reducción de la acidez) en el estómago y el intestino».
Es, en conclusión, una postura que puede generar controversias (lo he visto en muchos blogs). Pero yo hice la prueba y no me funcionó. Creo que la mayoría de las dietas anticándidas certifican en cierto grado la información del párrafo anterior, pues no censuran en absoluto el consumo de proteínas (ácidos) y dejan de lado las frutas (que además de dulces son muy alcalinizantes). Es decir, de alguna manera y aunque no es el objetivo (puesto que su meta es eliminar el azúcar, principalmente), las dietas anticándida son, en cierto grado, acidificantes.
Por cierto, la página que mencioné tiene información que puede ser muy útil. Así que dale clic, para que la visites desde el home:
http://www.thecandidadiet.com/